Todos los artistas deberían ser asesinados. Porque dejan que sus obras maten a todo el que pasa. 

Cada obra de arte que queda viva es un ataque potencial, un peligro en ciernes  

Cada obra de arte que quedó viva 

Mira como se hunde en la obra de arte. 

La obra de arte lo matará, aún no lo sabe. 

Se abre y se prepara para recibir toda la contaminación de quien la creó antes. 

Está al borde de la depresión.  

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Cualquier obra de arte es peligrosa. Cada obra que queda viva es una promesa de peligro.  

Cuidado con los artistas 

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Cada familia es una utopía condenada a ser destruida 

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La mediocridad siempre prevalecerá sobre la grandeza 

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Poema desde el fondo del oído.  Ya no escucho nada. No intentes volver a casa. Cerré todas las puertas. Considera que ya estoy muerto y que cada uno de mis alientos es nulo y sin efecto. 

Mi sensibilidad es una caja cerrada sobre sí misma, cerrada. En mi oído izquierdo, la boca de un perro asqueroso muerde continuamente y ocupa la mitad de mi cara. Todo el edificio sensorial se vuelve inconsistente. Imposible quedarse ahí. Por favor, no intentes comunicarte. Ya que sabes que me es imposible devolverte el favor y cambiar contigo, no vengas a recordarme esta crueldad del destino, pidiéndome que lo haga. Ten la modestia de abdicar. Por favor.  

Haz como yo, hace mucho que abdiqué, y no me va tan mal. 

A veces es como espadas entrando de repente en el oído, como abismos, terremotos interiores. El corazón parece fallar. 

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Hacen un escándalo por ello, pero en el fondo el amor no es más que dos personas que se miran a los ojos y se encuentran infinitamente bellas. Solo es eso. Luego, después, hacen un gran escándalo. Pero originalmente, quiero decir, es solo eso.  Nada más.  

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Si por casualidad, por accidente, un día, una tarde, una mañana, te despiertas a ti mismo y crees que todavía me amas, entonces por favor dímelo, házmelo saber. Que esta última lágrima de amor no caiga en vano. 

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Oración autorrealizada 

Perdóname por todos los horrores que pasaron por mi alma estrecha, acalambrada, deletérea, como repito una celda de prisión subterránea. Perdona todos mis deseos de asesinato, violencia, no violación; pero asesinatos si. Mis ansias de violencia sobre todo mis impulsos, destructivos, de abandono. Perdona toda la suciedad que forma las capas sedimentarias de lo que algunos se atreven a llamar "mi alma". 

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Sé aún más loco, ve siempre más allá de lo que quieres hacer. Quieren más.  

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¿Por qué debemos someternos constantemente a este mandato de amar continuamente? ¿Por qué esta voz más fuerte que resuena dentro de nosotros, haciéndonos la autoridad sobre nuestros deseos, nuestros resentimientos, nuestras inclinaciones, nuestras concupiscencias? 

¿Por qué tengo que someterme al mandato de amar a los que me hicieron, a los que me educaron? ¿Por qué me deberían gustar? ¿Por qué debería amar a alguien más que a mí mismo? 

Me odio a mí mismo, estoy seguro de todos los defectos y de todas las cualidades. ¿Por qué me arriesgaría a amar a alguien de quien no estoy seguro?  

Nunca pregunto si está bien. No tomo noticias. Porque la gente me rodea todo el tiempo. La gente está ahí para mí. 

Todo es una broma y todo es muy serio. Todo es ridículo y tan importante. 

 

Aviso para mí 

no me recibas. Átame a través. Amordázame. Cuidado, soy altamente tóxico. Cualquiera que me haya conocido de cerca puede decirlo. Soy tóxico, pestilente. Nada crece a mi lado. Porque mato. Soy un asesino perpetuo. Mi palabra es un cuchillo. Soy como una silla carnívora. Quiero abrazar y mato. Mi beso con sabor a muerte. La mamba negra a mi lado es una amiga recomendable. 

Si por casualidad, por accidente, un día, una tarde, una mañana, te despiertas a ti mismo y crees que todavía me amas, entonces por favor dímelo, házmelo saber. Que esta última lágrima de amor no caiga en vano. 

Un día, me encontrarán  ahorcado. Veremos en mi cuerpo las huellas de la lucha porque cuando deje caer el taburete, tendré un último arrepentimiento y trataré a toda costa de revertir mi acto. Porque el suicidio es aún demasiado oleaje de vida para la muerte que me habita, me llena desde mi más tierna infancia. Soy un hombre muerto en ciernes.  

No se equivoque. 

Fue encontrado muerto en un mar de petróleo. Calma plana. Era muy buen nadador. Sin duda el mar realmente le guardaba rencor.  

Un tiro mato, un tiro beso. Soy peor que el viento, peor que la llama. Alterno el bocado de hielo y el golpe de fuego. Cuidado conmigo, no hay baluarte, no hay forma de frustrar mis planes mortales. Soy un peligro perpetuo.  

No puedo creer que ya no puedas amarme. Me parece contra natura, resueltamente contra natura.  

Mis lágrimas son de azufre. Ven, ven a bailar al borde de mis lágrimas. Ven a refrescarte en mi fuente. Te quemarán y te disolverán lentamente. Bebe mis armas hasta las heces. 

¿Cómo puedes dejar que una planta en maceta muera? Pero que diablos hicimos. Cómo tomar tanta belleza, tener tanta belleza en tus manos y dejar que se desvanezca. Expirar. Torcerla. Púdrelo. Cómo es posible ?  

Creo que a pesar de todo te guardo rencor.  

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Mientras examino cómo me convertí en el monstruo que has llegado a conocer, eventualmente encuentro muchas coartadas en mi defensa. Es originalmente una carga de amor. Es una carga de amor que se ha vuelto, como la leche, que se ha vuelto tóxica. No te confundas.  

Me rindo, me rindo. Pero el día que realmente me rinda, no me malinterpreten, entonces toda la tierra tendrá motivos para sospechar.  

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Matar, matar. 

Mátalo, mátalo, mátalo de nuevo, hasta que renazca. 

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La riqueza no es tanto el disfrute de una realidad, sino de un potencial. El rico sabe lo que puede permitirse, este placer le basta. Básicamente, ya ni siquiera necesita comprar lo que puede comprar. Saber que puede hacerlo es suficiente para satisfacerlo. El pobre, por el contrario, es particularmente pobre en la realidad. Contempla las cosas y sabe que entre ellas nada puede comprar. 

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Al principio no me lo tomé tan en serio. Lo había visto venir un poco. Seguí caminando, avanzando, como si nada hubiera pasado. No fue hasta unos meses después, tal vez un año, que me di cuenta de que estaba loco. Que caminaba sin, por así decirlo, automáticamente, sin saber a dónde iba ni por qué iba. 

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Llegaré allí por mi cuenta. Todos pueden morir. 

A veces me resiente la fatalidad de la fuerza que me empuja a tanta resiliencia, porque me digo que si no tuviera esta fuerza, esta fuerza de esperanza y de vida, habría tenido la otra fuerza, la fuerza de la desesperación, para hacer tu desencanto arrodillaos, para devolverle con mi agonía su antiguo fervor.  

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Toda la estructura ósea de todo el cuerpo está subyugada, aplastada, por este dolor a nivel del compartimiento principal que es la caja craneal.

El cuerpo gira sobre sí mismo durante incesantes convulsiones para sacar el espíritu de este cuerpo. 

Pero la inflamación persiste, alimentada por el humo, la inflamación persiste y crece noche tras noche; y, sin dormir, los días mismos se vuelven como la noche. 

Estoy mil veces más loco que todos esos niños juntos. Hazme bailar, hazme rebuznar, dame un huevo, que me lo rompo en la cabeza, hago piruetas con un globo, dame una carretilla de cuchillos, te mostraré mil formas de morir, cada una más fascinante que la otra.  

Soy mil veces el más loco y mil veces el más austero.  La locura es perfectamente austera, no me malinterpretéis. Puede haber cierta juventud en la austeridad. 

Haz como yo, abdiqué hace años.  

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Tu rostro, tu presencia, es como una flor, un perfume, un agua que bebo al inclinarme sobre ella. 

Quisiera contigo reducir el nivel de conversación, el volumen de fósforo, al mínimo, hablar solo en voz baja, que nuestras palabras sean solo sonidos, nuestras frases musicales, nuestros discursos gruñidos a pequeños pasos todo cerca cerca de uno labio al otro.  

Quisiera habitar el espacio de tu silencio con miles de manos arcoiris sobre tu espalda, tu vientre, tus muslos, tus brazos, tus manos, las palmas de tus manos, tus dedos, cada uno de tus dedos que quiero morder .

Quisiera habitar el espacio de tu silencio por mi propio silencio provisto de innumerables movimientos de cerca y de lejos.  

Tu cuello, por precaución, prefiero no hablar de eso. Porque sé que las palabras matan lo más clemente; y tu cuello es una de esas cosas. 

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Tengo tantas ganas de penetrar en tu privacidad. 

Todos tus defectos me parecen latentes, espera el momento adecuado para revelarse como calidad. 

Porque cada defecto es una cualidad en ciernes cuando se ama.  

Nuestros defectos son probablemente nuestros mejores recuerdos.  

Aférrate resueltamente a tus defectos, la gente te adorará por vislumbrar la luz de tu peor defecto.

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Me rodeas con tu belleza. Tu belleza está teñida de esperanza. Lo bebo como agua.
Sobre tus nalgas abundantes y regordetas adivino los misterios del sueño logrado 

Sobre tu suave piel inmaculada quisiera depositar mil besos. 

Sigo volviendo a tus labios tan finamente cincelados en el pergamino de tu rostro. Tus ojos, que son como dos soles oscuros que iluminan el mundo que los rodea con una vibración tranquila, me tranquilizan como dos faros, dos semáforos, familiares atalayas en la oscuridad. 

tu belleza me acecha la sigo a todos lados

Me gusta verla levantarse, sentarse, caminar, nadar; es un árbol fructífero y floreciente móvil. 

trabajos peligrosos
Otros trabajos 

Para Esteban Sibroussou el arte es cuestión de sangre. Sublima a través de sus creaciones una parte de la violencia que siente en él. Cada obra es el exorcismo de un suicidio que no cometió. 

La obra de arte es así impura, cargada de las malas energías depositadas por el creador. De ahí este impulso de destruir sus propias obras.

Si no se destruye, una obra se convierte entonces en una especie de tótem amuleto cargado de un poder intrínseco.  

Debemos vigilar este tótem, cuidarlo, cuidarlo. 

En esta idea, no quiere que sus obras sean fotografiadas en su totalidad, sino solo en primer plano; para no "capturar el alma de las obras". » 

Esteban Sibroussou no es un artista.  

Para él, estas obras son peligrosas y pueden dañar a la humanidad. 

Cada obra de arte es peligro.